jueves, 5 de noviembre de 2009
SOBRE GOHONZON
El Gohonzon no es ningún Buda. No es como en otras religiones que el objeto de veneración es el Dios. Este Gohonzon que nosotros veneramos personifica la vida de cada uno de nosotros. Es mirarse fijamente uno mismo. Por eso cantar daimoku frente al gohonzon es un canto, una alabanza a la dignidad de la vida de cada uno. el Gohonzon no da, ni pide ni manda ni nada, es un pergamino con un mandala, NAM MYOHO RENGE KYO, como objeto de veneración, lo que veneramos es la vida misma de cada uno. Orar de esta manera es el acto de pulir el espejo (gohonzon) para que podamos percibir, ver que necesita nuestra vida para ser feliz, acá y ahora, encontrarnos con esa maravillosa sabiduría que tenemos guardadita en lo profundo de nuestra vida y la fuerza vital necesaria para producir el cambio.
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