Si comprendes quien eres y te respetas, las críticas no te supondrán ningún problema sino que te brindarán la oportunidad de volverte una persona mejor. Cuando te sientes imperfecto o inseguro, la crítica es como una amenaza y crees que debes defenderte. Cuando te sientes seguro, no perfecto sino seguro, puedes escuchar las críticas y tener en cuenta su valor. Puedes decir, "lo siento", y "gracias por abrillantar mi espejo". Y cuando sea conveniente podrás aprender de las críticas y mejorar tu conducta. Digo cuando sea apropiado porque hay personas a las que les encanta encontrar defectos en otros. Ése es su problema... Recuerda que todos somos lienzos en blanco. Si presentas un lienzo en blanco como tu obra de arte, no te pondrán buena nota. Pero la creación empieza cuando comienzas a trabajar, sobre todo si consideras el lienzo en blanco una oportunidad de expresar tu talento y no una posibilidad de fracasar. Y recuerda que el lienzo no se termina mientras dura la vida. Cuando nos encontramos fluyendo en la dirección incorrecta, es más fácil pensar en quién tiene la culpa que cambiar de dirección. Piensa en ello. Imagina que tomas un tren y tan pronto como sale de la estación te das cuenta de que va en dirección equivocada. ¿Te enfadas y echas la culpa al tren o reconoces tu error, te bajas en la primera estación y cambias de andén para tomar el correcto? Culpar a los demás de nuestra pérdida de rumbo es tentador. Recibimos mucha información sobre la vida pero poca educación de la vida por parte de nuestros padres, maestros y otras figuras de autoridad, que por su experiencia saben más de ella. La informacìón se basa en los hechos, la educación en la sabiduría y el conocimiento de cómo amar y cómo sobrevivir. Pero, por más consejos que te den, eres tú quién decide que tren tomar. Mientras recorres la vida, presta atención a los indicadores y las estaciones. Si no te gusta lo que ves, tira del freno de emergencia y bájate del tren. No hay otro interventor que lo haga por ti ni tienes que pedir permiso a nadie para hacerlo. Es tu vida, tu viaje, el que tu mismo conduces.
jueves, 5 de noviembre de 2009
EL CONCEPTO BUDISTA DE LEY
Shakyamuni, ya cercano a la muerte, dejó instrucciones a sus discípulos en las que establecía que, en vez de confiar en alguna persona en particular como mentor, debían considerar a la Ley como el único maestro. La palabra "ley" posee un amplio significado en el Budismo. Es el equivalente castellano del término sánscrito dharma, que se refiere a las enseñanzas del Buda y, también, a la verdad que subyace en todos los fenómenos. El concepto de "ley", tal como se usa en la vida cotidiana, implica las reglas establecidas para proteger al individuo y sostener las instituciones de un grupo o una nación. La idea europea de una "ley natural", no obstante, se basa en la aceptación de una ley más elevada, concebida por Dios, que se manifiesta en la naturaleza y en la sociedad. La Ley, tal como enseña el Budismo, no ha sido establecida por ningún "ser" especifico. La Ley budista ha existido de manera inherente en el corazón del universo. Es la causa y el sostén de todo lo que existe. En esta concepción, se puede ver por qué la idea Budista de ley también incluye las enseñanzas expuestas por el Buda; el Buda no creó ni estableció ninguna ley, sino que esclareció la que rige originalmente el universo. Por lo tanto, las enseñanzas expuestas por el Buda pueden ser definida como "ley". En ese sentido, se trata más de la idea de verdad dentro del ámbito de las ciencias naturales que de las llamadas leyes jurídicas. Encarar la Ley budista desde esa perspectiva nos permite comprender que las normas o reglas de la vida cotidiana, para actuar en armonía, deben coinsidir con las verdades contenidas en la naturaleza esencial de los seres humanos y de todos los fenómenos. Las leyes de la política, del derecho y de las ciencias sociales no deberían ser establecidas de modo arbitrario por ninguna persona o autoridad, sino de acuerdo con el discernimiento que ahonda en la verdad subyacente en la vida humana. Existen muchas verdades, que abarcan desde lo específico o fenoménico hasta lo universal y esencial. En las más recónditas profundidades de la vida, la verdad fundamental que sustenta todos los fenómenos y leyes universales es la Ley Mística indicada en el Sutra del Loto, y un Buda es alguien que está iluminado respecto de ella.
FRASES DE DAISAKU IKEDA - SENSEI
"Si cambia el corazón, cambia la acción; si cambia la acción, cambia el medio ambiente, si cambia el medio ambiente, cambia la personalidad si cambia la personalidad, cambia la vida cotidiana. Si hay rectitud, habrá belleza en el corazón; Si hay belleza en el corazón, habrá armonia de hogar; Si hay armonia de hogar, habrá orden en la nación, Si hay orden en la nación, habrá paz en el mundo; Depende de mí" Daisaku Ikeda
LA POSTURA ANTE LA PRACTICA
Se dice que cuando uno avanza en la vida enfrenta dificultades u “obstáculos”; que eso es un proceso natural, así como uno debe soportar mayor recistencia del aire cuando anda más rápido. También se dice que, según el Budismo, cuando no hay obstáculos, no hay avance, de ahí, se dice, que hay que sentir agradecimiento cuando surgen los abstáculos; sin embargo, cada vez que aparecen nos preguntamos, casi invariablemente ¿por qué me pasa esto a mí? ¿ y yo qué hice para merecer esto? El Budismo, asimismo, nos enseña que enfrentar adversidades nos brinda la posibilidad de pulir nuestra personallidad. Pero hay adversidades y adversidades; sólo cuando nos paramos de frente a esos reveses que nos toca vivir, podemos analizar seriamente cuánto de lo que nos sucede es producto de la forma en que actuamos en la vida. Desde el punto de vista de la filosofía budista, todos los fenómenos están regidos por la ley de causa y efecto. En nuestro caso, las causas que generamos son producto de nuestros pensamientos, palabras y acciones. Por ello, la reflexión sobre nuestro comportamiento, la fuerza de voluntad para corregirlo y las acciones concretas para hacerlo son esenciales dentro del proceso que, dentro de la SGI llamamos “ Revolución Humana”. Sólo de esa manera , los obstáculos se convierten en excelentes oportunidades para aprender cómo extraer esa capacidad inherente que el Budismo denomina “Estado de Buda”. Podríaamos decir que un tema crucial en esta cuestión de enfrentar obstáculos yace en la actitud que se tiene frente a ellos. Cuando uno avanza resueltamente y ora con la seguridad de “transformar todo en causa de felicidad”, esa actitud, en sí misma, representa la superación del obstáculo e implica nuestro crecimiento como seres humanos. El principal interés del Budismo yace en ese tipo de avance, donde no sólo triunfamos ante las dificultades sino, fundamentalmente, sobre nosotros mismos. El Daishonin escribe a Kingo : “la vida es como un sueño. Nadie puede saber con certeza si al día siguiente seguirá con vida. Aunque las circustancias lo lleven a ser un mendigo desgraciado, ni siquiera así deshonre el SUTRA DEL LOTO. No muestre desesperación ni se ande lamentando, ya que esto no va a cambiar las cosas. Tal como escribió en su carta, tiene que actuar y hablar sin el menor asomo de servilismo. Si se humilla para conseguir el favor de los demás, sólo agravará las cosas. Aunque le confisquen sus feudos o lo echen, piense que todo se debe a la función (positiva) de las diez demonios, y encomiendese a ellas de todo corazón. Si, en lugar de ser exiliado, me hubiera quedado en Kamakura, seguramente me habrían matado en la batalla. De la misma manera, ya que mantenerse al servicio de su amo redúndara en su perjuicio, piense que esto responde a un designio de Buda Shakiamuni.” Le hace ver a Kingo que el destierro que sufrá, finalmente, había resultado ser un beneficio. Esa es una muestra clara de la capacidad que se produce a través de la práctica budista: la de poder crear valor en cualquier circunstancia. En la apertura de los ojos se lee: “Por lo que hice, fui condenado al exilio, pero ése es un sufrimiento pequeño, limitado a la existencia actual, y del que no vale la pena lamentarme. En mis futuras existencias, disfrutaré de una inmensa felicidad, y esta certeza basta para hacerme sentir la dicha más profunda.” Si vemos las deficultades desde un estado elevado de la vida, todas son la base auténtica de nuestro desarrollo personal. quien practica el budismo y sobrelleva los obstáculos pensando: “sino fuera por ellos no habría forma de saber que ésta es la verdadera enseñanza”, llega a corporificar la Ley en su propia vida. Alguien así logra el inmenso estado de vida en el cual todas las dificultades que acaecen pueden ser vistas como “PAZ Y GOCE”, y es natural deleitarce con ella, con el sentimiento reflejado en el pasaje de las enseñanzas de Nichiren Daishonin que dice: “Cuanto más grandes sean las dificultades que se abatan sobre él, mayor será su deleite, debido a la fuerzo de su fe.” Postura se refiere al estado interior de la vida, albergado en lo más profundo del ser. Es lo que decide a qué habremos de consagrar la existencia, cuál será la basefundamental de nuestra vida. Aunque esa postura sea invisible, se manifiesta siempre en el momento crucial. No sólo eso; en realidad, determina todos los aspectos de la existencia de un individuo, a cada instante del día, todos los días. En una de sus guias, el precidente Ikeda habló sobre este aspecto utilizando el SUTRA GUIRNALDA DE FLORES, que señala: “El corazón es como un pintor magistral.” Sobre esa idea, destacó: “Como un pintor ilustre, el corazón crea libremente sus representaciones de todas las cosas. Nuestro corazón es el diseñador, el pintor, el escultor, el arquitecto de todo nuestro ser. Lo que cuenta es la actitud básica que yace en nuestro interior, “el instante vital” de nuestra vida. Es la oración y es la esperanza. Lo importente es plasmar en el corazón esa imagen, lo más clara y especifica posible. Ese “retrato” se convierte, en sí mismo, en el diseño de nuestro futuro. La fuerza de la postura nos permite interpretar, con nuestra propia existencia, una epléndida obra maestra de acuerdo con ese diseño. Cuanto más específico y detallado sea el “plano” de nuestro corazón, tanto mejor será. La clave está en seguir pintando vívidamente el objetivo que nos hemos trazado en nuestro corazón y en seguir avanzando hacia nuestras metas sin especulaciones
LA MISERICORDIA BUDISTA
Quitar el sufrimiento y dar felicidad.
El Daishonin tomó los sufrimientos de todos los seres vivientes como propios. Todos tenemos dentro nuestro, una parte egoísta, que sólo piensa en el propio bienestar de uno, y luego recién en el de los demás, sólo si es necesario. Esto no necesariamente es algo malo; es parte importante de lo que significa estar vivo. Sin embargo, cuando este sentimiento se convierte en la fuerza dominante en nuestra vida, puede llevarnos a actuar insensiblemente y hasta perjudicialmente hacia los demás. Tiene el potencial de hacernos egoístas y, si se deja sin control, incluso criminales. Por un lado, hay momentos, especialmente en las emergencias, cuando el no velar por nosotros mismos puede tener resultados catastróficos. Si bien todos tenemos que resolver nuestros propios problemas, algunos de estos no podemos resolverlos solos. Debemos confiar en la ayuda de otros. De otro lado, hay momentos en los que, extendiéndole una mano a otros, podemos ayudarlos de una manera en que ellos no pueden ayudarse a sí mismos. Lo que se necesita en tales circunstancias es misericordia. En los textos chinos y japoneses, incluyendo los escritos de Nichiren Daishonin, la palabra para misericordia comprende dos caracteres chinos. Se pronuncia ci bei en chino y jihi en japonés (yiji en español). El primer carácter, ci o ji, es una traducción de la palabra sánscrita maitri, que significa “dar felicidad”. El segundo, bei o hi, proviene del sánscrito karuna, que significa “quitar el sufrimiento”. Juntos, describen la función de aliviar a los seres vivientes del sufrimiento y darles felicidad. Casi todos pueden sentir amabilidad cuando alguien les muestra amabilidad. El espíritu del Budismo es desarrollar un sentido de misericordia hacia todas las personas. Es con este espíritu que Nichiren Daishonin escribió: “Los diversos sufrimientos experimentados por todos los seres vivientes son, sin excepción, sufrimientos propios de Nichiren “ (GZ, 758). El comportamiento de un Bodhisattva La misericordia de la iluminación budista –el deseo de “quitar el sufrimiento y dar felicidad a la humanidad”– se expresa en el comportamiento humano de un Buda o un Bodhisattva. Nichiren Daishonin también escribe, “Hasta un villano desalmado ama a su esposa y a sus hijos. Él también posee una partedel estado de Bodhisattva. (PE-1, 53). Esta afirmación aclara que todas y cada una de las personas poseen el potencial de un Bodhisattva –el potencial de comportarse con misericordia hacia otra persona. Sin embargo, es una tendencia humana común preocuparse primero y principalmente por uno mismo. Éste puede ser el impulso humano más fuerte a poder vencer. Además, desde hace mucho tiempo hay quienes sostienen la opinión de que la misericordia es señal de debilidad; que la generosidad sólo mal acostumbra a la persona que la recibe. Esta afirmación puede tener su pizca de verdad. La amabilidad que no da fuerza al receptor crea muy poco valor perdurable. Desde la perspectiva budista, la verdadera misericordia es la que tiene el poder para erradicar la causa de la miseria en la vida de las personas y las dirige hacia la causa de la felicidad. Esa misericordia, por su misma naturaleza, requiere de coraje y fuerza. Entonces, ¿cómo pueden las personas comunes, gobernadas por el impulso hacia el interés propio, expresar misericordia de una manera constructivay significativa? Un ejemplo natural lo vemos en las acciones de una madre hacia su hijo. Una madre hará cualquier cosa por proteger a su hijo, sin importar lo que tenga que enfrentar. La bondad de un padre y una madre. Nichiren Daishonin escribió, “Yo, Nichiren, soy el soberano, el maestro, el padre y la madre de todo el pueblo del Japón” (PE-2, 199). Él hizo esta declaración para transmitir su estado de vida como el Buda original –un estado de vida capaz de abrazar a todas las personas con la misericordia de un padre y una madre hacia sus hijos. Ahora bien, esto no es cosa fácil. A veces perdemos la paciencia con nuestros propios hijos, para no mencionar a los extraños. Siendo éste el caso, la mayoría de nosotros, sin ayuda, tendemos a carecer de la cualidad definida como misericordia budista. ¿Qué es lo que podemos hacer al respecto? Bueno, comenzando por la conclusión, podemos exponer nuestro corazón y mente al estado de misericordia manifestado por el Buda mismo. Cuando creemos en Nam-myoho-renge-kyo y lo invocamos al Gojonzon, que corporifica el misericordioso estado de vida del Buda original, estimulamos y hacemos emerger una fuente de ilimitada misericordia latente en nuestro interior. Tomando la forma de una lección, los escritos del Daishonin son muy útiles para aplicar como modelo de un padre, madre o maestro para poder desarrollar la misericordia por los demás. Cualquier padre, madre, o maestro exitoso, conoce la importancia de ver las cosas desde la perspectiva del hijo o alumno. Esforzándose en el cuidado y la educación de sus hijos, queriendo verlos crecer y desarrollar su mas alto potencial y humanismo, esas personas trascienden las divisiones del su propio yo y ven los sufrimientos y alegrías de sus hijos o estudiantes como propios. Su preocupación por sus hijos es constante. Siempre están pensando en ellos, están ansiosos por ofrecerles ayuda, y la oportunidad de aprender. Este tipo de preocupación, con seguridad, llegará al corazón de los demás, sean niños o adultos. El ganador del Premio Nobel, el francés André Gide (1869-1951) lo dijo claramente: “La verdadera amabilidad presupone la facultad de imaginar como propios los sufrimientos y alegrías de los demás” (Pretexts, “Portraits and Aphorisms” [1903]). La misericordia también incluye la capacidad de reconocer en los demás la fuerza y capacidad de las que nosotros mismos podemos carecer, y nuestro deseo de aprender de esas cualidades. Es muy fácil identificar los puntos débiles en otras personas, y muy difícil reconocer claramente y apreciar los puntos fuertes en éstas. No obstante, si nos esforzamos en enfocar los puntos más sobresalientes, naturalmente llegaremos a apreciar, sentirnos más cerca, e incluso a desarrollar un afecto por ellas. Como resultado, podemos encontrarnos pensando en esas personas más a menudo y sintiendo preocupación por su bienestar. Nosotros practicamos el Budismo por nuestra propia felicidad y por la de los demás. Estos dos objetivos de la fe no pueden estar separados. Cuando nuestros pensamientos en el bienestar de los demás se hacen parte de nuestras oraciones diarias, trascendemos el impulso innato a estar preocupados solamente por nosotros mismos, e iluminamos la ignorancia fundamental que es la fuente de los sufrimientos, con la luz de nuestra Budeidad innata
LA PRACTICA BUDISTA SIGNIFICA DESAFIARNOS DIA TRAS DIA
«Yu myo sho jin. Myo sho ju mon.» "Se ha esforzado con valentía y vigor,
y ha logrado que su nombre sea
universalmente conocido."
(cap. 2 del Sutra del Loto, pasaje incluido en la liturgia de la SGI)
y ha logrado que su nombre sea
universalmente conocido."
(cap. 2 del Sutra del Loto, pasaje incluido en la liturgia de la SGI)
Este fragmento se refiere a las prácticas de los budas de las enseñanzas previas al Sutra del Loto y de la enseñanza teórica, contenida en la primera mitad de dicho sutra. Al mismo tiempo, también constituye una importantísisma guía para nuestra fe. En primer lugar, "con valentía y vigor" significa, sencillamente, "con fe". En el Rokkan Sho (Enseñanzas en Seis Volúmenes), el 26° sumo prelado Nichikan Shonin cita esta interpretación: «"Con valentía" significa actuar con coraje; "con vigor" significa utilizar cada palmo de nuestra sabiduría»; así pues, explica que "con valentía y vigor" quiere decir ejercitar valerosamente y al máximo la fuerza de nuestra fe. La práctica budista debe ser emprendida con determinación y bravura. Cuando uno se desafía frente a los obstáculos con el espíritu de lograr "hoy más que ayer" y "mañana más que hoy", puede decir que está practicando de verdad. Sin este espíritu de coraje y energía, nadie puede romper las cadenas del destino ni vencer a los obstáculos y a las funciones negativas. Nuestra práctica diaria de gongyo es una epopeya en pos del desafío, para crear algo nuevo en nuestra vida. Cuando nos ponemos de pie en la fe, por propia iniciativa, la oscuridad de la desesperación y de la angustia se desvanece del corazón y cede paso a la luz de la esperanza y del crecimiento. Este espíritu de levantarse solo con coraje es la esencia de la fe. Desde el punto de vista del budismo del Daishonin, "esforzarnos" significa invocar daimoku diligentemente por nuestra felicidad y por la de los demás. Sólo es posible esforzarse de este modo cuando se tiene una postura enérgica y valerosa. El sumo prelado Nichikan cita una interpretación de Miao-lo, según la cual el término "esforzarse" significa "puro y continuo"; así enseña la actitud correcta que hay que tener para invocar daimoku. Explica que "puro" significa "sin mezcla ni impureza" y que "continuo" se refiere a practicar con constancia y sin cesar. En otras palabras, lo importante es que invoquemos daimoku todos los días con sinceridad y en forma sostenida. Sólo así se convierte en una práctica capaz de pulir la vida y de hacernos manifestar la Budeidad en esta existencia. El Daishonin dice: «Si se esfuerza con la intensidad de cien millones de eones de empeño en un solo momento de su vida, las tres propiedades iluminadas del Buda se manifestarán desde adentro de su vida a cada instante. Nam-myoho-renge-kyo es la práctica para "esforzarnos"». (Gosho Zenshu, 790) Al invocar daimoku, estamos llevando a cabo la práctica de "esforzarnos". Por lo tanto, las tres propiedades iluminadas y la inmensurable sabiduría y misericordia del Buda se manifiestan a cada momento en la vida de los que poseen una preocupación extremadamente seria y sincera hacia la Ley, y se empeñan con tenacidad y arrojo en bien de ella. Cuando poseemos una postura vigorosa y valiente en la fe, instantáneamente manifestamos la "vida del Buda". A esto se refiere la expresión "abrazar la fe en el Gohonzon es, en sí, la iluminación". Dicho de otra manera, el Daishonin sostiene que todos los que se empeñen con energía y valor en la fe son budas. Recordemos que la SGI se ha desarrollado inmensamente porque nos esforzamos con valentía y vigor en la fe; es decir, con auténtica seriedad y sinceridad. Una vez, un periodista extranjero me pidió que le explicara la razón por la cual nos estábamos desarrollando tanto. Y le dije: "Es porque nos dedicamos de todo corazón". El actual avance impresionante que ha adquirido el kosen-rufu se debe a que emprendimos la acción en forma seria y sincera en bien de los amigos, de la sociedad y de la paz. Un joven, otra vez, le preguntó al señor Makiguchi, fundador de nuestra organización, cómo podía uno cultivar su capacidad de discernir el bien y el mal. Y el presidente Makiguchi le contestó: "Si posees la tenacidad y el coraje de practicar la mejor religión del mundo, llegarás a comprenderlo". Y también agregó: "Tienes que esforzarte con bravura y determinación. Y deberás actuar. Yo soy un hombre bastante anciano, pero también estoy practicando así como te acabo de decir". "Esforzarse con bravura y determinación...". he aquí, sin ninguna duda, el origen del cual brota la fuerza de la Soka Gakkai. Cuando nos desafiamos así en la fe, nuestra vida vibra, brota la sabiduría e irrumpen la dicha y la esperanza en nuestro ser. Una persona valiente y enérgica, que siempre hace causas para su propio desarrollo, a cada instante, es una eterna vencedora. Los que luchan con seriedad y amplitud de criterio, con el espíritu de un rey león, seguramente están consagrando un esfuerzo muy valeroso y decidido. (IKEDA, D.: "Disertaciones sobre los capítulos 'Hoben' y 'Juryo' del Sutra del Loto" [edición corregida], SGIAR, Buenos Aires, 2005, págs. 83 a 86)
QUE ES UN BUDA
Se llama mortal común al que vive sujeto a sus ilusiones; pero cuando esa persona se ilumina, entonces es un buda. Es como el caso de un espejo percudido que, al ser lustrado y pulido, brilla como una joya...... Haga surgir una profunda fe, y pula seriamente el espejo de su vida,día y noche. Como hacerlo? Tan solo entonando Nam Mioho Rengue Kyo." El Budismo de Nichiren Daishonin enseña que el propósito de la vida es lograr la Budeidad en esta existencia. Esta frase nos explica que buda son los que llevan a cabo la fe y la practica de entonar Nam Miojo Rengue Kyo basados en la convicción de que Nam Mioho Rengue Kyo es la Ley Fundamental que gobierna su vida y que es la semilla para manifestar la Budeidad. No hay diferencia esencial entre una persona común y un buda: ambos son seres humanos; la diferencia esta en su actitud, en su corazón y sus acciones. Podríamos decir que el estado de vida de alguien que desarrollo su Budeidad es de "inmensa esperanza". En verdad esta gran esperanza proviene de su intima convicción en que si, puede manifestar el estado de Buda y en que, si puede comprender el significado de la vida. Y esta convicción también le dice que todas las personas tienen la misma capacidad inherente de lograr su iluminación. El presidente Toda decía: El estado de vida derivado de desarrollar la Budeidad es la felicidad absoluta; es no temer a nada. Una vida así. a cada momento, es como un gigantesco océano en perfecta calma, como un cielo impecable y sin una sola nube. Este fue,sin duda el estado que manifestó el Daishonin durante su exilio en Sado. No creen que ser un buda significa descubrir que el hecho de estar vivo es la alegría absoluta? Pues de esto se trata adquirir el estado de vida del Daishonin. El Daishonin revelo el Gohonzon para que cada persona pueda abrazar la fe en la Ley incomparable de Nam Mioho Rengue Kyo durante toda la vida, y manifestar en el transcurso de esta existencia su estado potencial de Budeidad. lo hizo para cerciorarse de que la Ley Mística se propagara de una persona a otra, de que la tierra exhibiera el aspecto iluminado de la Budeidad y de que se concretara la paz duradera. Mi mentor decía: "Nuestra existencia como personas comunes es el medio místico y secreto,pero la verdad es que somos budas. el Gojonzon también esta entronizado en nuestro corazón. En otras palabras, la raíz del Budismo del Daishonin yace en la convicción de que el Gohonzon entronizado en nuestro altar budista es idéntico al de nuestra propia vida. Experimentamos los mas diversos sufrimientos; estamos sujetos a vivir todo tipo de dificultades. Así es la vida real. Pero cada uno de nosotros posee el poder de enfrentar y superar solemnemente todos estos obstáculos. El punto es hasta donde creemos en esto de verdad y hasta donde podemos realmente manifestar dicha fortaleza. Aquí esta la clave de la victoria. El punto clave de la fe y el cimiento del Budismo reside en abrir los ojos a la naturaleza de Buda inherente, a la Ley Mística que existe dentro de nosotros. La fe pura y sincera en Nam Mioho Rengue Kyo se manifiesta como el estado de vida de la Budeidad. La fe constante y asidua en la Ley Mística es, en si la manifestación de la Budeidad.
Daisaku Ikeda Presidente de Soka Gakkai (Sociedad de Creacion de Valor)
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